Jorge estaba sentado, cuando vio entrar a Clara por la puerta y sentarse a dos mesas de el.
Su café enfriabase y su cigarrillo consumiase, luego de un rato el desidiose hablarle; cuando acercose, carraspeo su garganta, ella mirole, el sonrriose y ella respondiole:
-Una lagrima por favor.
El diose media vuelta y alejose lentamente.